Se basa en la práctica del Ashtanga Vinyasa, un estilo que sincroniza la respiración y el movimiento corporal de forma rítmica, consciente y fluida. Es una variante dinámica del Hatha Yoga y pone su mayor énfasis en la regulación precisa de la respiración durante la ejecución y el encadenamiento de diferentes posturas (asana), debidamente compensadas y de acuerdo con el objetivo de la sesión. Esta práctica conduce a un estado meditativo natural a medida que fluimos a través de ella.

Para personas que prefieren o les conviene una práctica de Yoga más dinámica, energética y activa, para soltar tensiones físico-energéticas y favorecer la relajación mental necesaria para estimular estados meditativos más espontáneos.

Para empezar con el Yoga Dinámico es muy importante conocer algunas cosas básicas como pueden ser las posturas (asanas) más comunes, para así poder llegar a un buen desarrollo corporal y mental.

Las posturas se realizan en secuencia, una detrás de otra para así crear una fluidez armoniosa de movimientos sin pausas (o con breves pausas) entre una postura y otra. Esto nos enseña a profundizar en la respiración para poder relajar la ejecución y secuencia postural, lo cual se traduce en una excelente práctica de revitalización tonificante mientras se experimenta el “esfuerzo sin esfuerzo” o “acción sin agitación”, desde un enfoque de relajación activa.

Es importante no contraponer “acción” con “relajación” sino todo lo contrario. El objetivo es aprender a integrarlos simultáneamente mientras se favorece la concentración meditativa permanente. Los ejercicios coreográficos que se derivan de esta práctica estimulan así la atención continuada como requisito indispensable para mantener su coordinación y, como consecuencia, despertar los estados meditativos.

El Yoga Dinámico es accesible tanto para principiantes como para avanzados, ya que estimula un ejercicio físico aeróbico moderado y natural, a través de la tonificación cardiovascular y muscular, generando calor corporal interno y sudoración desintoxicante. Ese calor corporal facilita al mismo tiempo la ejecución de determinadas posturas y la regulación de la respiración las hace más fluidas, permitiendo experimentar la relajación dentro de la acción. Al principio suelen aflorar patrones de agitación más que de relajación, pero a medida que se conoce mejor el cuerpo y se profundiza en su escucha, surge una regulación armoniosa, espontánea y cada vez más relajada de la práctica. Entonces el sistema nervioso se equilibra y se calman las fluctuaciones mentales, mejorando la concentración e induciendo estados meditativos que desarrollan la capacidad de vivir plenamente el momento presente. Esa presencia plena es lo que caracteriza el estado de “Yoga” (= unión, comunión, integración).

La práctica del Yoga Dinámico en Dharananda no se practica por niveles, ya que esto es muy relativo y a veces contraproducente. A pesar de que existen planteamientos y objetivos de diferentes intensidades, una misma técnica puede experimentarse de forma muy particular según la experiencia y la actitud de cada practicante. Lo que puede parecer muy sencillo a simple vista puede conllevar una complejidad muy sutil en el fondo y viceversa, lo complicado puede hacerse fácil si nos aproximamos con la actitud adecuada.

El nivel de Yoga no consiste en un alarde de demostración de facultades ni en el “más difícil todavía”. En todo caso, consiste en el “más profundo si cabe” y siempre a través de la experiencia personal. Lo importante no es el resultado sino su proceso. En este sentido cada uno lleva su propio ritmo, su nivel particular, con paciencia y perseverancia. El diseño de las clases se adapta a las posibilidades del grupo.

• Desarrolla flexibilidad, fuerza, resistencia, vitalidad y paciencia.
• Amplía la respiración y mejora la regulación cardiovascular.
• Mejora la capacidad respiratoria y equilibra el sistema nervioso.
• Favorece la sudoración, purificando el organismo (órganos y piel).
• Ejercicio metabólico aeróbico (quema de grasas). La sucesión de posturas consigue elevar la temperatura corporal incrementando el gasto calórico y ayudando a la pérdida de peso.
• Estiliza el cuerpo.
• Induce la apertura emocional y genera fluidez de comunicación.
• Estimula la concentración y la calma mental.
• Facilita la aparición de estados meditativos.
• Mejora el equilibrio, la coordinación y la psicomotricidad.
• Enseña a fluir dentro del cambio y la transición.

Sesiones de aprox. hora y media (75-90 min) en grupo.

Es un buen entrenamiento físico para poder profundizar paralelamente en las asanas (posturas de Yoga) que configuran las secuencias del Yoga Dinámico, a través de la práctica del Yoga Integral. También ayuda a comprender y sentir mejor la dimensión energética del cuerpo (prana en el Yoga, chi en el Chi-Kung o qi en la cultura Zen). Se complementa y se compensa muy bien con la meditación y con prácticas más suaves como el Estiramiento de Cadenas Musculares® o más lentas como el Yoga Integral.

¿Puedo practicar Yoga si no soy muy flexible?

¡Por supuesto! La flexibilidad física no es un requisito del yoga sino una consecuencia que, además, no es indispensable. Poco a poco irás adquiriendo más flexibilidad con la práctica de asana (posturas de yoga) y vinyasa (ejercicios dinámicos). Esa flexibilidad física también trabajará tu “flexibilidad mental”, tu disposición a abrirte a nuevas sensaciones, perspectivas y a puntos de vista esclarecedores.

¿Los alumnos que empiezan estarán mezclados con los alumnos más experimentados?

En principio sí, porque a pesar de que trabajamos en grupo, el enfoque es individual. Cada uno/a practica y progresa según sus posibilidades y objetivos, sin competir con nadie, ni siquiera consigo mismo/a. Tiene además algunas ventajas: a veces será un reto estimulante para los principiantes, que aprenderán de los más avanzados; mientras que otras veces serán los avanzados quienes tengan el reto de revisar y asimilar bien lo aprendido. En ambos casos se trabaja la humildad y la aceptación. Los profesores adaptan continuamente las clases a las posibilidades del grupo.

 ¿Qué tipo de ropa debo llevar?

Ropa cómoda tipo chándal o mallas, que te permita libertad de movimientos en las articulaciones, sin oprimirte la cintura. Ropa que te haga sentirte relajado/a. Recomendamos capas, para que puedas abrigarte si tienes frío o quitarte ropa si tienes calor (suele oscilar la temperatura corporal durante la práctica).

 ¿Tengo que llevar mi propio material para la práctica: esterilla, cojín, etc.?

En general no es necesario, tenemos todo lo que puedas necesitar. No obstante, si prefieres tu propio material personal no hay problema en que lo traigas. En caso de restricciones sanitarias (COVID), es posible que tengas que traerlo también para minimizar el riesgo de contagios.

 ¿Cuándo empezaré a sentir los efectos o beneficios del yoga?

Los efectos del Yoga son inmediatos. Hay una relación causa-efecto directa entre lo que practicamos y la forma en la que reaccionan el cuerpo y la mente, que puede ser diferente para cada persona. Están los efectos a corto plazo (generalmente más físicos y fisiológicos) y a largo plazo (más mentales y espirituales).

Otra cosa son los “beneficios”, que a diferencia de los “efectos” conllevan una valoración subjetiva positiva o negativa, según nos hagan sentir mejor o peor. Por lo general, los efectos son casi siempre positivos pero también el yoga nos remueve y eso no siempre nos gusta, porque nos pone frente a nuestras dificultades y limitaciones. También hay contraindicaciones que solemos explicar en clase y que conviene conocer para no forzar y adaptarse correctamente a la práctica.

 ¿Puedo practicar Yoga Dinámico si estoy embarazada?

Sí, aunque si no se ha practicado con anterioridad o se trata de un embarazo de riesgo, sólo recomendamos hacerlo durante el segundo trimestre del embarazo y siempre bajo supervisión y adaptación continua para hacerlo muy suave y evitando contraindicaciones. En cualquier caso, recomendamos apuntarse directamente a las clases de Yoga Prenatal, más específico y adaptado. Los beneficios del yoga durante el embarazo son muchísimos, pero también hay contraindicaciones que conviene conocer.

 ¿Hay límite de edad para practicar Yoga Dinámico?

No hay límites de edad. De hecho, la práctica del yoga rejuvenece. El yoga es un estado de consciencia natural e inherente a nuestro Ser, simplemente consiste en conectar con esa naturaleza interna. En este sentido, puede ser practicado por un niño, un adolescente, un adulto o un anciano… sólo conviene adaptar el tipo de práctica y su intensidad. No hay limitaciones por lo demás.

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